miércoles, 31 de octubre de 2012

I NEED A HERO


Dicen que cuando una persona se enamora, la mente se colapsa, y solo deja pasar información referente a la persona en la que hemos puesto toda la energía. Nos convertimos en monotemáticos durante una larga temporada, siendo el terror de todos los amigos que no han caÍdo en desgracia o que simplemente están saciados (sólo te entenderán los que están pasando por lo mismo, aunque no pueden escucharte del todo porque sus sentidos estan colapsados igual que los tuyos y al final se convierte en un diálogo de besugos.....muy bueno, pero nada productivo)

La pasión te sale por las orejas y pierdes todo sentido crítico, a eso se refiere la famosa frase “el amor es ciego”. Pierdes la vergüenza, ese estado te lleva  a hacer auténticas chorradas, a poner los más absurdos diminutivos, a perder unas maravillosas horas en mirar el teléfono y a cuestionar dónde estará y si está pensando en tí, porque tu piensas en él, porque están conectados a través de un hilo cósmico  al que solo tienen acceso los enamorados (paja mental que surge de la mezcla explosiva de hormonas que genera nuestro cuerpo cuando tenemos sexo) ........

 Otra característica del enamoramiento es pensar que lo que tu sientes es único, que nunca nadie más en el mundo mundial ha sentido eso, que has tenido la suerte de conocer ese secreto del ser humano.
 Todo tu cuerpo se convierte en una especie de masa anafórmica semiatormentada y sonriente por partes, que se mueve al son del tambor de tu sexo, continuamente latente y empapado porque como he dicho, la mente se llena de imágenes de vuestros encuentros, todo eso mezclado con una buena dosis de novelas románticas y frases hechas que hacen que tu masa cerebral se convierta en una especie de merengue rosa palo con forma de corazón y brillitos a lo candy candy.

Pero todo este estado del ser humano,, cuando se disparan los índices de serotonina y demás sustancias químicas es maravilloso, espectacular, es un momento único e irrepetible (en ocasiones), es cuando realmente nos sentimos conectados al mundo, a la naturaleza, nos hace ser mejores personas, más compresivos y amables (de ahí otra frase famosa....”a este/a lo que le hace falta es un buen polvo!!!”, dícese de que si estas mal follado no sientes todas esas maravillas de las que hablo),  sientes más olores,más colores, la lluvia te parece romántica y el mar también,  y un atardecer también es romántico, y hasta los váteres públicos de las discotecas se convierten en suites nupciales.

Pero ojo, hay un problema con esto, si eres una persona creativa e inquieta culturalmente,  tu mente entra en modo hibernación, y tu productividad se queda estancada (no se preocupen eso suele durar unos meses).

Desde mi más humilde punto de vista, creo que los grandes genios de la historia eran personajes mal follados o vividores sociópatas,y atormentados,  si no revisen la biografía de los grandes, Miguel Angel Buonarroti, Einstein, Marx, Juan Ramón Jimenez, Oscar Wilde, Juana de Arco, Marilyn Monroe, Michael Jackson, Marily Mason, Isabel Pantoja, Tamara...(ups, creo que me he ido)...
El mantener la serotonina a raya, es decir, usarla sólo lo justo, hace que tu mente vague por otros mundos, investigue otras formas de vida. En ocasiones un poco de tormenta y de malestar hacen que surja del ser humano las más ilustres obras del pensamiento ilustrado. 
Un ejemplo, eres un gran escritor, de fama reconocida, vas y te enamoras y de repente toda tu prosa se convierte en historias de amor y desamor, de encuentros y desencuentros, de alegrías y penas.....

(disertación feminista reivindicativa)

“en esto las mujeres somos auténticas profesionales,seres sensibles por naturaleza, nuestra condición humana de madres en potencia, hacen de nosotras seres únicos, conocedores de los grandes secretos de la naturaleza y de todo ese mundo de sentimientos tan infravalorados por los machos alfas, somos madres, amantes, tenemos que ser sexys a la vez que inteligentes (pero sin pasarse) y si quieres triunfar en el mundo profesional, tienes que ser ambigua sin pasarte, sexy sin pasarte, y estar continuamente de punta en blanco, porque los hombres son hombres y tienen cosas importantes en la que pensar, no pueden estar en todo, si un hombre tiene canas es atractivo, si tiene arrugas, interesante y maduro, si tiene barba de tres dias, informal y ocupado, si está gordo....no importa, y si se rasca los huevos...tampoco importa. Ahora, trasladar todo esto a una mujer, es tener un adefesio en casa, una mujer con canas y arrugas es una mujer que se ha dejado ya la pobre, si tienes sombra de bigote...puffffff jajajajaja ni te digo, si eres gorda....ni te cuento, y si te rascas el chumi.....la más guarra del planeta tierra.”

El enamoramiento es un mal de buen ver, una caja de pandora recien abierta, un queque dentro del horno, una casa rosada, una bandera de colores, unas uñas recien pintadas, unos calzoncillos calentitos salidos de la secadora, fresas con nata, sábanas limpias, habitaciones cerradas, café con leche y magdalenas, periódico con azúcar, leche con galletas, mantita en el sillón y caricias, encefalograma plano, películas románticas. En definitiva enamorarse es maravilloso, improductivo, pero humano. 
Desenamorarse también tiene su cosita, es el momento en el que escribimos poemas llenos de sinsabores, la noche en vela escuchando Brian Ferry, es cuando tomamos decisiones y volvemos a tomar el mando de nuestra embarcación.
Yo me considero un ser independiente, racional con un punto de semilocura romántica pajera, adoro el amor, es el mejor estado del ser humano.
Pero sin pasarse.....
Buenas noches querido seres humanos. Todos necesitamos un héroe, hasta el más pintas.



viernes, 26 de octubre de 2012



UNA DE GOFIO

De aquello que esta noche me puse melancólica pensando en las tradiciones canarias. De aquella que estaba yo en tierras peninsulares con las carnes tiernas de los veinte años y tenía ganas de sentirme princesa buscando su corona. De aquella que terminaban los ochenta y empezaban los noventa, y las greñas largas y los bailes de grunges desfogados y melancólicos inundaban los bares alternativos de litrona de máquina y cubatas a 300 pesetas. Y yo recordando y recordando me monto en la máquina del tiempo, de esas llenas de mecanismos de relojería, de esas de steampunk, que el futurismo del novechento es como más “moderno”…y me pongo en el año 1992. Y es una noche de… “con un talego un gran pedo”.

Y entro en La Iguana (ese bar que todos los neomodernos viven en sueños). Y me he bebido 4 litros, 3 ginebras y he visitado el garage que resucita a los muertos, donde fluyen las fuentes del exceso. Me acerco a lo negro, a la zona de tinieblas…esa zona que los treintones echamos tanto de menos, porque sobran las luces en los locales del nuevo siglo. Las sombras ayudan, no tanto a esconder defectos, que poco importan a los veinte, sino a desinhibir miedos, que mucho sobran en esos tiempos. Porque de palabra somos golfas, pero coño, que tienes 20 años nacida en los setenta, no es lo mismo.

Y yo crecida por la embriaguez, superando ser la mujer inmensa de metro setenta y pico, entre muñecas de a cincuenta, superando mi monstruosidad de gigante rubia de sensuales caderas, me acerco a ello. Y ello no es mas, ni menos, que un objeto de deseo, como todos esos objetos de deseo que subyugan cualquier identidad femenina. El lider, el monstruo del onanismo secreto en tu alcoba, la perfección de rizos de espejo de Jim Morrison, los ojos que nunca se percataron de tu presencia, un Dios apocaliptico.

Y te arrincono en una esquina, y serpenteo sobre tu cuerpo,y busco tus labios, y encuentras los mios. Encuentras mi cintura, yo encuentro tus hombros, y tu espalda, y tus gluteos, y tu sexo. Y bailamos con celo, con sudor, con humo, con aliento.

Mi Dios me lleva a su cielo, me roba la ropa, empapa mi cuerpo. Y ya no me acuerdo, porque los grados mezclados de cerveza, copas y sabanas me atrapan en las profundidades de la suavidad de su cuerpo y cierro los ojos y me duermo.

Sueño con tus manos esculpiendo mi carne, con tu viento modelando las dunas de mis pechos, con un rio de saliva surcando mi centro.

¿Qué hora es?, estoy sola en la cama, el no está. Huele a hogar.

Buenos dias, le digo. El está sentado en el salón, con la televisión encendida en modo, “te hago compañía, que mas da lo que echen”. Tiene una taza en la mano, sorbe de la cuchara. Yo muero de hambre, el nunca llego a invitarme.

¡Hola! me dice. Estoy desayunando, ¡es gofio!...de tu tierra…¡esta bueno!.