lunes, 15 de abril de 2013

FUNDIDO EN NEGRO

EL RELATO MÁS TRISTE DEL MUNDO.
 (Una aclaración: este relato no tiene nada que ver con la temática de este blog. Este relato está dedicado a una persona que se ha ido hoy. Es mi pequeño homenaje. Es como si se lo debiera, aunque no la conocía mucho, su historia me ha atrapado tanto que me siento parte de ella....entiendo que no la lean....que la dejen a la mitad....seguramente yo también lo haría.)


Un pasillo, no era largo, lo suficiente.
Habitaciones y olor a desinfectante, el color frío de los fluorescentes, y una sombra errante que pasea sin rumbo de la 620 a la 650…

Algo te aprieta el corazón, y yo que tengo callo en el alma, empiezo a temblar como una niña en la oscuridad.
No se a donde voy, pero el instinto me lleva sólo, en la puerta un cartel “acceso restringido”, dentro ….silencio.
Hipnotizada, delante de la puerta, no me atrevo ni a tocar. A veces es mejor recordar.

Ella está peleando por su vida, es una lucha sin tregua….su cuerpo se resiste a ser dormida, a ser olvidada, sabe que su hijo no la recordará. Debe ser su madre siempre.
Y se pregunta…¿porqué no me dejan darle el último abrazo?
Y grita….NO ME DUERMAN…pero lo grita con el alma, pues de su garganta no sale sonido, ya no hay fuerzas ni aire para mover las cuerdas vocales.
Piensa en todo lo que quiere decir, sin mirar ve a toda esa gente que entra y sale de su cárcel blanca, insípida, desinfectada. Y da recados, da órdenes….le dice a su marido que no abandone a su hijo, que lo ame, que no la olvide y que le hable de ella. Pero la realidad es que ella está inmóvil y todo su discurso se traduce en …AGUA…..cada media hora abre sus ojos  pregunta la hora y pide agua…..

Cada media hora…

Cada media hora….

Entra la enfermera, lleva dos grandes jeringas con un líquido naranja….son enormes. Ella ve ese líquido de la muerte, lo huele, como un preso condenado a muerte, a la inyección letal. Inmóvil y presa de sí misma se pregunta….¿cuál ha sido mi pecado?
Lentamente repasa su vida. Y decide quedarse con el momento en que da a luz a su único hijo, es feliz, se agarra a ese sentimiento, hasta que de pronto el pánico se le agarra a su piel como un gato asustado.

Ahora quiere llorar, pero se da cuenta de que no tiene lágrimas, ni siquiera tiene la sangre suficiente para dar calor a sus mejillas. Su corazón está engangrenado por esa maldita enfermedad que como el mejor de los okupas, se ha instalado definitivamente en él.

Ahora su madre entra …está maldita como ella.
En ese limbo en el que el cuerpo se debate entre la vida y la muerte (es mentira eso de que el limbo no existe) ella la ve casi transparente, símbolo de que pronto estarán juntas allá donde quiera que se vaya uno al abandonar el cuerpo…cuando su madre entra, su espíritu se calma unos instantes, el cuerpo se relaja y el dolor se mitiga. La presencia de su mama es mejor que cualquier chute de morfina.

Morfina….da sueños intranquilos, alivia, pero la mente la activa, abre puertas hacia mundo sórdidos. Ahora bichos, luego escaleras larguísimas, las cuales debe de subir superando pruebas…cada escalón una prueba, ella abre los ojos y dice que arriba en el último escalón tiene la certeza de que estará bien…lo sabe y se esfuerza por superar las pruebas. Pero primero tiene que despedirse….
Despedirse….hay algo más triste?
Despedirse….cuando no te quieres ir
No….
NO
Y la enfermera entra…y luego el médico, que charlan con los familiares….inquietos, pues esas jeringas de color naranja no ha sido suficientes para inducir el coma de la paciente.
Es que nadie se da cuenta???....no se quiere ir. Quiere agarrarse a la vida, quiere sentir el dolor de la muerte, quiere irse dando gritos, pataleando, llorando como una niña desconsolada…no quiere una ida dulce de sueños narcotizados. 

Pero resulta que el protocolo es el protocolo, no hay que sufrir. Hoy todo es insípido e indoloro. Hoy todo es gris medio.
Hoy se ha ido.
Hoy he querido hablar por ti….aunque casi no te conocía.
Hoy te digo adiós en público.
.
Adios linda.

jueves, 14 de febrero de 2013

ENTRE MUSAS ANDA EL JUEGO.


¿LAS MUSAS SIEMPRE ESTÁN AHÍ?

Da gracias a dios que tengo unas lentejas para comer porque
el vino me turba.

Le digo que tengo el cerebro seco como un esparto, y me dice que las musas siempre están ahí.

Pero yo sé que las musas sólo salen cuando el vino les abre la puerta.


Estoy seca, estoy quizás demasiado bien.

Mi vida es lenta pero segura, tengo una serie de amoríos desaboríos, en blanco y negro y  en sepia.
Todo va según lo previsto.

Últimamente hablo con todos desde el salón, hace tiempo que no bajo a los sótanos de mi mente para correr por entre las cajas, tropezarme con mis pensamientos y esconderme de los intrusos asustándolos perversamente.

No.Todo ocurre en el recibidor, en el salón y en ocasiones en mi habitación. Todo limpio, todo preparado para las visitas. Y eso es demasiado recto, demasiado formal, me cansa…
No encuentro mentes con las que compartir momentos de juegos en la oscuridad, de risas y de insultos, de malcriadeces y de meternos el dedo en el ojo y luego decirnos “te quiero mucho”. 
Ya no hay a quien regalar un petardo a sus pies y luego salir corriendo entre carcajadas de placer por la maldad. Ahora soy una señora, sin más. Y tengo que decir que odio ser señora.

Estoy conectada, hablo con gente, me preguntan, y yo contesto que mis necesidades están cubiertas, pero no me gustan. Es como cuando no te queda más remedio que cagar en un bar de carretera, lo haces y punto.

Doy una vuelta más a mi recibidor...

TOC TOC, alguien toca!!!
Marvin gave de fondo, todo listo, las luces encendidas, las ventanas abiertas, las cortinas limpias, todo huele bien, nada es excesivo.
Me siento en mi sillón de seda y miro con entusiasmo, soy la mejor de las anfitrionas. Pero no escucho, sólo pienso en la cantidad de gamberradas posibles que puedo realizar en ese momento. Soy una estatua de sal; "Sí señor, como no, claro está…..tiene usté toda la razón, que buen corazón tiene caballero".

Pero sólo deseo saltar y brincar por encima de su cabeza, lanzar escupitajos, reirme hasta que me duela el estómago y bajarle los pantalones en público mientras cantamos bajo la lluvia.
Entonces recojo mis pensamientos, los meto en un saco. Espero que la visita se marche, abro el sótano y lanzo el saco.

Hasta la vista baby!, ya no queda nada. Pero mi curiosidad hace que me asome un poco más y aspire el aire seco , el olor a cerrado, hace que me recree con la oscuridad……

¿Volveré a bajar sola al sótano?, sé que será algo emocionante…tengo que cerrar ya las habitaciones, tengo que cancelar las visitas y empezar a disfrutar de mis rincones más oscuros, únicos, inaccesibles, maravillosos, los mostraré sólo a quien quiera compartir los mismos sótanos, las mismas humedades. 
Mientras tanto, voy a llenar mi casa de sábanas blancas para que los muebles se conserven, y en breve bajaré con la idea de no subir a abrir puertas a quien no me apetece.

Ahora tigretón y yo bailamos delante del espejo, el reflejo nos regala una imagen digna del mejor de los cuentos, una Alicia en el país de las maravillas sin complejos...
La música suena, damos vueltas mientras el vino se derrama entre las ramas de mi ya ansiado mundo, ahora toca disfrutar.